Esta semana os quiero llevar a un lugar muy especial para mí. Se trata del jardín privado de un compañero de la Escuela de Batres que se encuentra en una finca de naranjos y almendros, en una ladera de la sierra de Marbella, ente Coín y Ojén, en un pueblecito andaluz famoso por su castillo llamado Monda. Aquí vengo a desconectar, a disfrutar de la naturaleza y a recargar las pilas. Estuve aquí el fin de semana pasado y aproveché para hacer unas fotos para vosotros. Estoy segura de que os va a llamar la atención y que vais a coger muchas ideas para vuestros jardines. Espero que lo disfrutéis.

El paraje es maravilloso. Está rodeado de campos de cultivo y de los pinares de la sierra. Los naranjos se mezclan con alcornoques y la luz que invade cada rincón llena de energía todo lo que toca. El día comienza con un zumo recién exprimido de naranjas cogidas por tí mismo y a partir de ahí, a disfrutar.
El jardín se ha ido formando poco a poco. De la casita de labor con naranjos se fue creando un pequeño vergel con palmeras, flores, caminos sinuosos, arcos con trepadoras, mesas de agua, grutas, zonas de arena espacios muy conceptuales que sirven de experimento y de campo de prueba. Pero la verdadera joya de este jardín es la alberca original de la finca que abastecía el riego de los frutales, y que hoy ofrece el mejor baño que te puedas dar al sol malagueño.
 
Fotos de mi Instagram
Arco de Ipomea indica
Lantana camara
Se han utilizado muchas plantas coberteras para crear masas y delimitar los senderos. La mayoría de las plantas no tienen riego y aguantan bastante bien, puesto que son especies con pocas necesidades hídricas. Son aloes, cordylines, phornium, cinereas de vez en cuando se les da un riego con la manguera y listo.
A continuación podéis ver dos de los elementos más conceptuales del jardín: Una gruta excavada aprovechando la diferencia de cota de los bancales, reminiscencia del Renacimiento y de las grutas de los jardines italianos. En ellas a veces se recreaba el fondo marino con conchas o con esculturas de dioses marinos, o ninfas. El agua aportaba la humedad necesaria para que crecieran helechos y voilà, ya tenías una gruta que parecía natural donde poder refrescarte y donde dejarse absorber por los personajes mitológicos (ya sabéis que la mitología es mi debilidad). Podéis ver una gruta preciosa en el Jardín del Palacio de Fronteira, cerca de Lisboa. En el caso de esta gruta de Monda, todavía no tiene el interior terminado, tan sólo viven unas Monsteras deliciosas o Costillas de Adán con una escultura de Venus, pero la parte de fuera, cubierta con parra virgen Parthenocissu tricuspidata y hiedra, poco a poco se va integrando en el terreno. Cuando esté cubierta por completo sólo se verá la entrada oscura.

 

Gruta del Jardín del Palacio de Fronteira en Portugal

El otro elemento es esta mesa , que está inspirada en Villa Lante, uno de los jardines claves del Renacimiento italiano. Publiqué el garden tour hace años y podéis recordarlo aquí. Es un jardín que visité en el año 2004!. En ese jardín el agua es el eje principal del espacio y recorre todos los elementos, desde fuentes hasta las famosas mesas. En ellas el agua circula por el centro, refrescando el ambiente, los comensales, la fruta y la bebida. En la de Monda hay que llevar el agua a cubos o con la manguera, pero crea un efecto refrescante, sobre todo si se llena con hielos para las bebidas.

Y aparece la alberca, «centro emblemático» de la finca. Yo la conocí pintada de blanco, y hace un tiempo se pintó de azul. En ambos colores está bien! Las maderas que se ven al fondo son para crear la base de una futura tarima.
Cycas revolutas, Agapanthus africanus, Stipas, Tulbaghias conviven en masas de colores y de diferentes texturas. Las rocas y los cantos rodados de río también tienen su hueco entre tanta vegetación y abren huecos decorativos muy interesantes y que introducen nuevos colores. También se pueden utilizar para delimitar los caminitos de grava.
La Westringia es una planta que descubrí cuando trabajé en Finca Cortesín y me parece una planta muy polivalente y de un color azulado o glauco maravilloso para combinar con flores de la gama de los colores fríos como el malva, rosa o azul. Se puede dejar de crecimiento libre o recortarla con la forma que quieras, pues admite muy bien el recorte. No es resistente a las heladas.
Las gramíneas combinadas entre sí quedan muy bien y no tienen apenas mantenimiento. Sus espigas en verano se mecen con el viento y dan mucho movimiento. Además su forma de mata de hierbas me parece de lo más graciosa!. El romero rastrero también es fantástico para «bordillos verdes».
El padre de mi amigo es danés y de sus viajes a Dinamarca se traen muchas plantas (como esta Canna) y mucha influencia de estilo nórdico, sobre todo en los muebles. La mezcla es un tanto exótica y ecléctica. Precisamente de allí vienen muchos amigos y siempre visitan el jardín pues les parece increíble poder tener limones y naranjas al alcance de la mano junto con tantas flores y tanto sol. ¡Lo valoran muchísimo!

Otro recurso muy práctico de este jardín es la utilización de arbustos en lugar de barandillas junto a los escalones que salvan las distintas alturas de las parcelas. Como el eleagnus de la foto. Cuando sea más grande funcionará como barrera visual y protectora para evitar caídas.

 

Espero que os haya gustado descubrir este sitio, un tanto mágico y diferente a los jardines que suelo visitar y que os haya dado alguna idea o un poco de inspiración. También espero que estéis pasando un verano estupendo, o un invierno bonito (los del hemisferio sur ;)). Yo por mi parte estos días estoy preparando un proyecto precioso que tiene detrás un equipazo de profesionales y que saldrá a principios de otoño. No puedo contaros mucho más todavía pero os aseguro que os tendrá pegados a la pantalla o al televisor 🙂
¡Un abrazo!
Isabel

 

jardines privadosverano

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