Acabamos de estrenar el otoño y hay que tener claro cuándo y cómo hay que podar los arbustos que han dado flor este verano. Así que aprovecho para hacer un repaso a este tema.

En general los arbustos admiten la poda para su formación, limpieza,  mantenimiento  y renovación, y para los de flor, hay que aprenderse unos conceptos muy sencillos, basados en los hábitos vegetativos de cada especie para conseguir que año tras año florezcan los que más. Por eso en los viveros están plagados de flor y luego en casa no lo conseguimos igual…

Para saber cuándo y cómo cortar en primer lugar tenemos que entender que cada arbusto crece de una manera determinada, y se pueden clasificar en 5 grupos:
  1. Las floraciones brotan de yemas situadas en posición terminal de las ramas desarrolladas ese mismo año. Es el caso de las Rosas, Hydrangeas, arbustos de Júpiter  Lagerstroemia indica, Budleia, Hibiscus syriacus etc. En febrero-marzo se quitan las ramas secas, estropeadas o que se entrecruzan y se podan las ramas por encima de 2-4 yemas, a unos 15-20 cm del suelo, dejando la  estructura  deseada (baja en las hortensias) y quitando las flores marchitas tras la floración.
  2. Las flores aparecen en las yemas  situadas en posición terminal de las ramas del año anterior. Es el caso de las Syringas o lilos, el durillo Viburnum tinus o V. opulus mundillo.  No se  deben  podar  ni recortar en invierno, pues se eliminarían las yemas de flor que ya estarían situadas en posición terminal. Se poda o recorta inmediatamente  después  de terminar de marchitarse la floración. Para que las flores sean mayores se pueden podar a 2-3 yemas tras la floración de nuevos brotes antes del otoño.
  3. Las flores aparecen en las yemas situadas en los laterales de las ramas formadas el año anterior, como en la Forsitia,  Tamarix,  Kerria, o el romero. Son arbustos de floración temprana en los que la poda principal se hace tras la floración, eliminando casi totalmente la madera sobre la que ha crecido, a unos 50 cm del suelo, de forma que hasta el otoño haya suficiente tiempo para que se formen nuevos brotes sobre los que florecer al año siguiente. Si se poda a finales de invierno eliminamos las yemas de flor que ya están formadas en los laterales.
  4. Las flores se dan en la yema terminal de los pequeños brotes de las yemas mixtas que aparecen en los laterales de las ramas del año anterior. Es el caso de la Spiraea, Deutzia, Celindo Philadelphius coronarius, Abelia etc. Si visualizáis las plantas seguro que lo  entendéis  mejor. Se poda de forma parecida al grupo anterior, pero mucho más «largo», pues al ser arbustos de floración tardía (finales de primavera-principios de verano), tienen menos tiempo para recuperarse y emitir nuevos brotes. Se poda tras la floración, quitando madera vieja del centro para renovar el arbusto y dejando los rebrotes tiernos para que sustituyan a la estructura antigua. Cada cierto número de años se hace una poda intensa, perdiendo ese año la floración.
  5. Las flores aparecen en yemas insertadas en madera vieja de más de un año, en pequeñas formaciones permanentes tipo «Dardo» o «Ramos de mayo«. La floración de este grupo suele ser muy temprana, a principios de primavera, incluso anterior a la brotación de las hojas. Es el caso de los Chaenomeles speciosa, Cercis siliquastrum, y frutales de pepita como el manzano, peral o Prunus de flor. Se poda intentando mantener una estructura más o menos grande sin tocar la madera vieja, que mantiene las yemas de flor, y podando los brotes tiernos casi totalmente antes de la brotación.

Entonces, según cuándo florezca y sobre qué tallos lo haga es muy fácil saber cómo podarlos para conseguir una floración intensa al año siguiente. Si os resulta muy complicado lo de los grupos podéis haceros el siguiente esquema: si florece a finales de invierno o en primavera hay que podar después de la floración para que tenga tiempo de crear brotes de flor nuevos para el año siguiente. Si florece en verano u otoño, quitar la floración cuando esté seca, como poda de limpieza, pero realizar la poda estricta a finales de invierno, siempre cuando ya no haya riegos de heladas. Así que ahora en septiembre sólo toca ir limpiando las flores, nada de arrasar!

Vamos con las herramientas:
  • En orden, de izquierda a derecha, tijeras de corte de mano. Imprescindibles.
  • Tijera de dos manos. A medida que aumenta el grosor del tallo o de la rama hay que aumentar la magnitud de la herramienta. NO hay que hacer esfuerzos raros.. si cuesta cortar hay que cambiar de herramienta. Estos utensilios están pensados para ayudarnos en el trabajo, no para provocarnos lesiones, importante.
  • Serrucho. Para ramas leñosas. Os sorprenderíais de lo bien que cortan.

Faltaría la tijera plana para perfilar setos pero la dejamos para otro post. Todas estas  herramientas  deberían estar perfectamente afiladas y limpias, (no es el caso) sin restos de resina ni savia. Es fundamental para su buena conservación pero sobre todo para no contagiar enfermedades entre plantas. Para ello basta con desinfectar con  alcohol.

Las marcas más conocidas y de mejor calidad, en mi opinión, son Bahco, Fischer, Bellota..  Para cortes más gruesos es preferible usar el serrucho antes que la motosierra, siempre y cuando no destrocemos la rama con desgarros.

Para que una herida por corte cicatrice bien hay que realizar el corte lo más limpio posible, y en el caso de tijeras con cuchilla y uña, la cuchilla siempre tiene que cortar por el lado del tallo que «se queda» en la planta,  como se ve en la imagen,  para que la uña de la tijera no aplaste el tejido del tallo de la planta.

 

Con estos «trucos» no habrá planta que se resista a vuestras tijeras, y además, estará cada año más bonita. Espero haberme explicado bien y que os haya sido útil!

Y para terminar tened mucho cuidado cuando hagáis cualquier trabajo de jardinería, toda precaución es poca. La imagen de esta noticia lo dice todo.. lo habíais visto este verano?
Saludos a todos y feliz otoño!!!

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