Los jardines del Alcázar de Sevilla, igual que el palacio, han sufrido varias transformaciones a lo largo de la historia. Después de ver los patios contiguos al Alcázar en el post anterior, terminamos con los jardines más extensos. Espero que os gusten. 

 
 
Los jardines del Alcázar sevillano son incomprensibles sin su pasado musulmán. En el jardín musulmán el espacio es geométrico, regular, cerrado, con estanques y canales. En él se combinan las texturas, los colores, el reflejo del agua y se añade el detalle policromado de los azulejos. La tradición del azulejo, llegada de Siria, ha dejado en los Alcázares bellos ejemplos de los estilos del azulejo predominando el amarillo el verde y el azul.
 
 
Los palacios andalusíes se complementaban con los jardines-hueros, donde cohabitaban árboles frutales y productos de la huerta con las más variadas plantas aromáticas. Según El Corán, el agua, por su claridad y pureza, es el símbolo del paraíso. Es omnipresente en las huertas musulmanas, en forma de puentes, canalillos, surtidores, estanques, acequias y albercas. Los jardines-huertos, además de abastecer de alimentos a los miembros de palacio, tenían una función estética y cumplían con los placeres de los cinco sentidos, como en el paraíso.
 
 
En el siglo XVI, con el emperador Carlos V y Felipe II, se remodelan los huertos hispanomusulmanes localizados junto a los muros del palacio de Don Pedro I y del palacio gótico. Más tarde con Felipe II llega uno de los grandes artistas italianos del momento, Vermondo Resta, que imprime a los jardines un sello manierista, estilo italiano de moda a comienzos del siglo XVII.
 
Los viajeros románticos europeos del siglo XIX pusieron de moda los jardines de España, destacando la impronta soñadora de lo exótico y oriental. Al mismo tiempo triunfó una reinterpretación naturalista del paisajismo inglés y una corriente regionalista en las primeras décadas del siglo XX.
 
Las tapias, que también vimos en los patios del post anterior,  proporcionaban intimidad a estos jardines, al tiempo que los resguardaban del calor en verano, con el mantenimiento del frescor que proporcionaban las fuentes y los árboles, y en invierno conservaban entre los muros el calor del sol.
 
 
A continuación vamos viendo las fotos a medida que vemos la descripción. Podéis ampliar el plano de los jardines del Alcázar pinchando encima.
 
Galería de los Grutescos. Entre 1612 y 1621 y bajo el reinado de FelipeII, el artista italiano Vermondo Resta transformó la vieja muralla musulmana en una galería de formas caprichosas desde donde disfrutar de los jardines del palacio y la decora al estilo manierista. En ella se funden la arquitectura con la naturaleza, la roca simula emerger del edificio. Las piedras utilizadas son de diferente origen y asemejan rocas marinas, imitando la fisonomía natural de las cuevas, incluso con conchas. Esta tendencia se denominó «grutesco», que deriva del italiano grotta, que significa gruta.
 
 
Estanque de Mercurio (Hermes en la mitología griega), que en su origen fue una alberca de riego. Mercurio está considerado como el mensajero de los dioses y dios del comercio. Por eso lleva sandalias aladas.
 
 
El Jardín de las Damas fue remodelado durante el siglo XVI y XVII. Las fuentes y portadas manieristas son de Vermondo Resta. Destacan los “burladores”, que eran surtidores en el suelo que se accionaban secretamente desde un banco para provocar bromas y sorpresas a los invitados.
 
 
 
El gusto renacentista añade grutas, portadas, fuentes y sobre todo logra ese equilibrio entre lo viejo y lo nuevo, entre la tradición y la modernidad que caracteriza a la cultura humanista en Sevilla. Se utilizan los espacios compartimentados como escenarios de fábulas mitológicas. Surgen héroes, dioses y ninfas tallados en mirto o arrayán.
 
Hasta el siglo XIX todavía existían en el jardín de las Damas estas extrañas figuras recortadas: filas de guerreros, gigantes y damas, con cabezas y brazos de madera o barro cocido que llevan en sus manos espadas, mazos instrumentos de música… lástima que hoy ya no podamos disfrutar de estos testigos de los cambios de estos jardines…  
 
El actual laberinto, del que no tengo fotos buenas, es del año 1914 y se inspira en modelos renacentistas. Sustituye al laberinto trazado en el siglo XVI, del que sólo se conserva la Fuente del Monte Parnaso, con Apolo y nueve musas, y que desapareció en 1910.
 
 
 
El Jardín de los Poetas se encuentra en la antigua huerta, al otro lado de la Galería de los Grutescos. Este jardín fue diseñado por el conservador del Alcázar, Joaquín Romero Murube, en 1956, tras la Guerra Civil Española, inspirándose en Forestier, y se compone de dos grandes albercas que flanquean una fuente, que procede de un convento de Sanlúcar. Esto me gustó mucho… y es del siglo XX!
 
 
El también construyó el jardín del Inglés, con un trazado de sinuosos caminos que no se acomodan al carácter de los antiguos jardines y que sólo destaca por los ejemplares de Cyca revoluta, Washingtonias y cedros.
 

¿Os acordáis del pájaro Kivitán del que os hablaba en la entrada de los Jardines del Campo del Moro?? (aquí la tenéis) pues aquí en Sevilla me lo volví a encontrar jajaj

Cenador del León
Junto a este jardín, el Marqués de la Vega Inclán construyó unos nuevos jardines en el antiguo huerto, con tres paseos alargados y con perspectivas de setos de cipreses, fuentes comunicadas entre sí por canalillos de azulejos, bancos y copas de cerámica. La plantación es sobre de naranjos y limoneros con setos de ciprés y boj en los arriates. Aquí cogí muchas ideas para fuentes y formas geométricas.
 







 
A veces sé que me excedo en fotos y que me quedan muy largas las entradas, sobre todo en los garden-tours, pero prefiero que lo tengáis todo junto en un mismo post y no tengáis que estar buscando y navegando por el blog. Espero que no se os haya hecho muy largo (aunque sé que os gusta el «venga fotos!»). Aparte, ¡me tengo que poner las pilas con la edición de imágenes!! XD
 
En fin, que ya os podéis imaginar que ¡¡yo repito Alcázar!!!
 
Os mando un saludo con todo mi cariño,
Isabel
 
¡Y viva Sevilla!
 
 
 
 
Bibliografía
 
Real Alcázar de Sevilla. Editorial Palacios&Museos
 
 
Carmen Añón, Mónica Luengo, Ana Luengo. Tesoros de España. Jardines artísiticos. Espasa Calpe. 2000.


 

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