Después de atravesar el patio de Comares o de los Arrayanes que vimos el viernes, llegamos al Patio de los Leones, eje de este conjunto monumental y de los palacios nazaríes. Su nombre, usado desde la conquista, procede de los doce leones que sostienen la fuente en su centro, y sus inscripciones, de alabanza a Mohammed V (siglo XIV), lo acreditan por obra de este rey. Se construyó después que el de Comares, cuando éste sucedió a su padre Yusuf I, y emprendió la terminación y enriquecimiento de los palacios reformados por su antecesor. De planta rectangular (28,50 metros por 15,70) y orientado de manera perpendicular al de Comares, está rodeado de una galería sostenida por 124 finas columnas de mármol blanco de Macael.
La primera vez que los ves sorprende su tamaño porque te esperas unos leones, imponentes, tipo los del Congreso de Madrid, y estos parecen hasta dóciles…
Esta era la primera vez que veía el patio restaurado. En el año 2012 inauguraron la fuente y los leones restaurados después de años de trabajos. Se ha bajado el vaso de la fuente y por eso los leones parecen más grandes. También habían colocado mármol blanco en los cuatro cuadrantes que rodean la fuente que que hasta ahora no habían tenido pavimento. Pero originalmente sí lo tuvo, sólo que durante los años de abandono de la Alhambra, después de la invasión francesa, se saquearon muchos materiales. Llegó a tener hasta macizos de plantas, que originaron muchas humedades. Los naranjos que se pueden ver hoy son de la época de los Reyes Católicos, del siglo XV-XVI. Los leones están preciosos, parecen más grandes. En los vídeos que he puesto al final de la entrada explican cómo los restauraron.
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plano Alhambra – plano patio de los Leones – clic para ampliar |
La disposición en crucero de este patio nos recuerda la división heredada de los persas, los ríos del Corán, el agua que fluye como símbolo, como fuente de vida. Los cuatro canales que confluyen en el centro re rigen por los puntos cardinales y simbolizan los cuatro ríos del paraíso. Los doce leones que arrojan agua son una antiquísima imagen que viene desde el Oriente precristiano, simbolizando la taza el océano del que nació la vida. El león simboliza la regeneración al expulsar el agua. Luz y agua son elementos indispensables del carácter de imagen del paraíso que ostenta este patio.
Creo que para empaparse bien de este lugar son muy recomendables estas obras de las que cito unas líneas.
El siguiente texto es de Gallego y Burín (que luego indico en la bibliografía):
«La disposición claustral de este patio es extraña dentro de lo musulmán andaluz, donde la forma usual de los patios es como la que vimos en
Los Arrayanes (
aquí lo podéis recordar). Su originalidad y movilidad, así como la genial agrupación de sus columnas nacen de una sabia complicada organización, inspirada en la preocupación de enlazar íntimamente disposiciones arquitectónicas variadas mediante complejas simetrías, lográndose así la unidad en este patio mediante elementos tan diversos, multiplicando sus ejes de simetría. Antecedentes de éste pueden encontrarse en mezquitas y en los claustros cristianos y sus pabellones en saliente recuerdan el templete que, en varios monasterios cistercienses españoles, encierra la fuente del claustro frente a la puerta del refectorio. Sin embargo, una disposición análoga, antecedente a este patio, se hallaba en el palacio del Castillejo (hoy en ruinas) en Murcia, anterior a la época almohade y del que sólo quedan hoy los cimientos. El tema debió de hacer fortuna e inspiró otras obras posteriores, como el patio de la mezquita El Qarawin, de Fez, donde aparecen repetidos los templetes granadinos, aunque sin la suprema esbeltez de estos. Lo débil de su estructura y las vicisitudes por las que ha pasado la Alhambra han modificado muchas cosas de este patio y hecho desaparecer otras, especialmente su policromía, pero, aún así, s
us líneas permanecen iguales y su elegancia, su armonía, sus juegos de luz y de agua, aún tienen el encanto que inspiró esta creación, «sueño petrificado por la vara de un brujo», como la llamó Dumas.»
Texto de Michel Baridon:
«Como en los palacios abasíes, los jardines servían para mostrar a los visitantes la riqueza, el gusto exquisito y el poder del soberano. Basta imaginar lo que sería la llegada al patio de los Arrayanes teniendo ante sí la lámina de agua en la que se reflejaba la torre de Comares, en la base de la cual se encontraba la sala del Trono, oscura y misteriosa. El ingreso a esta sala era tanto más impresionante cuanto que se acababa de recorrer a plena luz del día uno de los más bellos jardines existentes para hallarse de repente en una sala oscura en la que el sultán estaba sentado en su trono bajo una bóveda estrellada como un cielo nocturno.
La magia de la Alhambra es todo eso. Las nieves de Sierra Nevada y el llano quemado por el sol, un encaje de piedra entre gruesas torres cuadradas, una decoración de flores, agua y verdor allá por donde pasaron los poetas del amor cortés y los asesinos de los Abencerrajes. La leyenda comienza ya desde la época de Badis y su ambicioso visir; atraviesa la Edad Media cristiana y la época clásica; brota con renovada fuerza en la época romántica, inspira a Barrés y cautiva a Aragon. Poco son los jardines que han tenido con la literatura una relación tan fecunda y continuada.»
Aquí podéis ver las noticias relacionadas con la restauración y la inauguración de la fuente:
Aquí las noticias:
Y como siempre, más información detallada en el Patronato de la Alhambra y el Generalife
aquí.
Por cierto,
La Alhambra tiene abiertas al público durante enero las Habitaciones del Emperador. La noticia aquí.
No os parece una preciosidad atemporal?? Y todavía nos queda más por ver! el miércoles lo terminamos.
Espero que os esté gustando, hay tantísima información de la Alhambra que es difícil resumir y no poner citas de todo.. También echo de menos mis apuntes de Batres que con tanta mudanza no los encuentro..
¡Besos!
Bibliografía
Michel Baridon. Paisajistas, Jardineros, Poetas. Los Jardines: Islam, Edad Media Renacimiento, Barroco. Abada Editores. 2005.
Antonio Gallego y Burín. Granada. Guía artística e histórica de la ciudad. Fundación Rodríguez-Acosta. 1961
Carmen Añón, Mónica Luengo, Ana Luengo. Tesoros de España. Jardines artísiticos. Espasa Calpe. 2000.