Después de todo lo que ha pasado en Japón, no he dejado de acordarme de lo precioso que es este país y de la calidad humana de su gente. Tuve oportunidad de ir en el año 2004 y es uno de los viajes que recuerdo con más cariño y admiración. Y en mi visita no pudo faltar un jardín!
El viaje fue corto pero intenso. Nos instalamos en Nagoya, donde un par de años después sería la Exposición Universal. Y el fin de semana íbamos a trabajar en el circuito de Suzuka. Así que el día libre no paramos! A estas chicas tan guapas 😉 las convencí para ir a ver los jardines del Castillo de la ciudad, y el parque que lo rodea, el Meijo Park.
Se trata de un parque público que rodea el Castillo. Siguiendo el estilo de jardín japonés, aparecen un estanque, y caminos sinuosos donde la vegetación, forma volúmenes, como las azaleas, piedras cuidadosamente colocadas y árboles donde se supone que descenderían los dioses. Corregirme si me equivoco!
En otoño los Acer palmatum tienen que ser un espectáculo, con este color… yo fui a principios de octubre y todavía no habían tomado esta coloración pero el alguno se podía intuir.
El paisaje representado a escala es la base del jardín japonés. La combinación de piedras y plantas crea un lugar mágico, a veces con referencias religiosas.
El jardín puede hacerse íntimo y secreto si reserva un lugar para celebrar la ceremonia del té.
Bueno, ya podéis ver que el lugar es impresionante y te deja boquiabierta. Era como entrar en un libro de jardines.. y yo estuve allí! 🙂
El arte del O-Karikomi. Evocación del movimiento del mar con una masa de arbustos. Así juegan con la escala e introducen el mar, tan importante en su cultura, en el jardín. Me encanta.
El Castillo fue recosntruido tras las Segunda Guerra Mundial, y desde arriba hay unas vistas estupendas de la ciudad. Iba con mi cámara de 2 megapixel casio exilim y molaba un montón entonces! pero como no tenía apenas memoria pues tampoco hice muchas fotos..
Y de paseo por la ciudad me sorprendí de lo ordenado y cuidado que estaba todo. Bueno a lo mejor esta foto es un pequeño caos pero digamos que todo estaba en su sitio. Toda la gente muy respetuosa y reservada. Apenas vimos occidentales, pero es que no es muy turístico Nagoya.
Os aseguro que había «hilo musical» por las calles! Y todas las alineaciones de árboles eran simplemente perfectas. En cada rincón había un pequeño jardín, o algún árbol bien cuidado.. ahora entiendo cuando vemos turistas japoneses tan aficionados a la fotografía, pues nosotros también íbamos haciendo fotos a absolutamente todo!
Y de paso, os pongo fotos del paddock de la fórmula uno, donde trabajábamos de camareros. A mí me tocó williams (todavía tengo la gorra). Resulta que aquel año hubo un tifón y se suspendieron los entrenamientos del viernes y tuvimos que desmontar todo y atar las sillas y las mesas para que no saliera nada volando.
Y un día después salió el sol y todos a currar! a montarlo todo otra vez!! reconozco que no tengo una pinta muy seria, tenía unos cuantos años menos.. las fotos fueron tomadas de estrangis pues no te dejan meter cámaras.
Imaginaos estar pidiendo cafés y bebidas con el ruido de los coches y con tapones en los oídos.. todo a gritos, una locura!
Y tal cual vinimos nos fuimos. Fue un viaje super divertido y me acuerdo con mucho cariño de todos mis compañeros, les mando un abrazo enorme a todos los docos!!!
Ojalá se arreglen pronto los problemas y todo vuelva a la maravillosa realidad japonesa…
Besos y hasta pronto!