Cómo me gusta tener la excusa de visitar jardines para hacerme escapaditas de vez en cuando, y más si el destino es a un lugar con mejor tiempo que en Madrid.. Así que en diciembre no lo dudé, me cogí un vuelo a Sevilla y allí que me fui, a disfrutar de todos los jardines que pude para haceros después unos cálidos garden tours. ¡Qué bonita es Sevilla!. Se nos quedó una blogger-quedada en el aire, ¡así que tendremos que repetir!
Empezamos con la primera parte de los jardines del Real Alcázar de Sevilla: con los patios del Alcázar y con los que están contiguos al palacio.
Situado en un área emblemática de Sevilla, junto a la catedral y al Archivo General de Indias, el Real Alcázar se muestra erguido, fuerte, vivo y expectante ante la historia.
La palabra «alcázar» deriva de la palabra árabe hispánica  alqasar  que se traduce como «casa real o habitación del príncipe», esté o no fortificada.
 
El actual núcleo de edificios es básicamente de traza musulmana, aunque luego sufriera profundas transformaciones. Sus orígenes podrían remontarse a una antigua ciudadela romana, y desde luego ya existía en época califal. Del edificio primitivo aún se conservan las murallas, la puerta y su patio de armas. Después se convertiría en el palacio de la dinastía almohade, más tarde palacio gótico y después alcázar mudéjar.
Tradicionalmente se ha especulado que el origen de este edificio estaba en el palacio que construyó Adb Al-Rahman III en el siglo X llamado Al-Qasr Dar Al Imara (casa del gobierno) pero, en los últimos años, gracias a las excavaciones realizadas en el subsuelo, se sabe que el nacimiento del recinto palaciego se remonta a finales del  siglo XI.
 
 
Plano general del Real Alcázar de Sevilla. Pinchar encima para ampliar.

A lo largo del tiempo, este ámbito regio ha acogido a muchos monarcas. Entre sus muros se han desarrollado eventos históricos de gran importancia a nivel mundial y sigue siendo uno de los edificios más importantes de todo el país. Podría ser considerado como el palacio real más antiguo en uso ya que, hasta nuestros días, aún sigue siendo residencia oficial de los Reyes de España.
Los reyes castellanos heredaron de los antiguos moradores del Alcázar la creencia de que el agua era el origen de la vida en la tierra, la materia de la cual Allah creó al hombre. El Islam otorgaba al agua los atributos más sagrados, como generadora de vida, y fuente de sustento y purificación, como hemos podido ver en los  patios y jardines de la Alhambra.
El esplendor de la arquitectura civil mudéjar: el palacio de Don Pedro I.
Entre 1364 y 1366 se construyó este palacio por orden de Don Pedro I de Castilla. Su estilo mudéjar, único en el mundo, es la manifestación artística más excepcional creada en la península ibérica. Surgió durante la reconquista coexistiendo, en algunas zonas, con otros estilos europeos como el gótico o el renacimiento.
Pedro I de Castilla, el Cruel, fue el auténtico creador de sus jardines. Convocó a los mejores arquitectos, artistas y artesanos de la época y ellos fundieron dos formas artísticas, el gótico y el almohade hasta dar como fruto el  mudéjar, la expresión material musulmana adaptada a los usos y necesidades castellanos.
El mudéjar es la expresión artística de una sociedad en la que convivían cristianos, judíos y musulmanes. El origen de este término es la palabra hispanomusulmana  mudaggan, que significa domado o sometido. Hace referencia al musulmán que se le permitía seguir viviendo entre los cristianos sin cambiar de religión, a cambio de un tributo. La dificultad de los cristianos para poblar las ciudades hizo que se autorizara a la población musulmana a quedarse en los territorios conquistados. Estas circunstancias sociales facilitaron la creación de un nuevo estilo en el que se funden dos tradiciones: la cristiana y la islámica.
La construcción del palacio mudéjar significó el cénit del proceso de reintegración e intercambio cultural en el sur de Europa, a pesar de los periodos de guerra con el reino nazarí. Don Pedro I se supo rodear de los mejores alarifes procedentes de Granada y Toledo que, junto con los artistas locales mudéjares, construyeron este edificio.
El palacio mudéjar es heredero de la tradición hispanomusulmana, tanto en sus composiciones como en los materiales utilizados: ladrillo, cerámica, madera y yeso. El mármol sólo se usaba en los soportes, columnas y capiteles.
El patio de las doncellas ha recuperado recientemente su estructura original. Estuvo cubierto con una solería de mármol y una fuente renacentista durante casi 500 años. Hoy se muestra tal y como se creó en el siglo XIV. Fue diseñado con un estanque central típicamente nazarí, en los laterales hay árboles a un nivel más bajo para que así sus copas cubrieran el patio central, por donde se podía pasear simulando un frondoso bosque. Era la recreación del paraíso. Las plantaciones en bajo, en patios rehundidos, son características musulmanas. Para permitir el riego y no encharcar los paseos y caminos enlosados, el elemento vegetal se sitúa en un plano inferior, lo que permite y potencia una sensual contemplación de los jardines. Así sucede en el jardín del Crucero, donde las copas de los naranjos en flor sugerían una espesa alfombra de azahar. Este tipo de patios tienen el siguiente esquema: en ellos el orden divino se expresa en un orden terrestre, el espacio se compartimenta en cuatro secciones por dos ejes perpendiculares. En el jardín de Crucero del Alcázar, cuyas galerías abovedadas estaban decoradas por desaparecidos frescos, se encontraban, según cuenta la leyenda, los baños de la hermosa María Padilla, amante del Rey Pedro.
 
Este patio fue el centro del espacio público del Palacio de Don Pedro I y en él, el agua tiene un gran protagonismo: además de su función estética, permite disfrutar del sonido, del reflejo de la luz, y refresca el ambiente.
El patio de las doncellas abarca dos estilos diferentes: la galería superior está realizada al gusto de la época renacentista, y contrasta con el piso principal, realizado bajo las pautas del estilo mudéjar. Dos estilos que representan dos épocas de gran esplendor en el Alcázar.
Los jardines fueron trazados en la parte posterior del palacio, en diferente y pequeños compartimentos. Se articulaban en una sucesión de patios y jardines que componían una serie cuyo ritmo hoy se ha roto. 
Este es el jardín de las flores. Es un estanque decorado con azulejos de Pisano (s. XVI-XVII). En estos patios es muy característico el cultivo de naranjos en espaldera. Estos pequeños jardines muestran su influencia musulmana; un ejemplo claro es la división del patio en cuatro partes como los patios de crucero. En cada partal hay árboles y diferentes plantas de flores.


Estos chicos se reían de los «chorritos» de esta fuente, y es que cuando veamos la fuente de Mercurio, que está muy cerca, esta resulta muy «graciosa» jajaj.

Si sigue en pie esa quedada sevillana, @fcarro_com y @marmonher, nos cogemos un ave y hacemos otro repaso a los jardines, que a mí todavía me quedan por ver y que María seguro que nos enseña sitios muy interesantes. ¡Estáis todos invitados!
 
El miércoles terminamos con el resto de los patios, los grutescos, el laberinto y muchos más. ¡Espero que os esté gustando!
 
¡Un saludo!
 
 
 
 
Bibliografía
Real Alcázar de Sevilla. Editorial Palacios&Museos
 
Carmen Añón, Mónica Luengo, Ana Luengo. Tesoros de España. Jardines artísiticos. Espasa Calpe. 2000.

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