Segunda parte del Garden Tour por el Parque del Oeste en Madrid. En la primera parte nos quedamos en el Paseo de Ruperto Chapí, donde se puede aparcar sin poner ticket de aparcamiento de lunes a viernes, ya que los fines de semana cortan el tráfico, para poder disfrutarlo mejor los madrileños y también por temas de seguridad…
Y hablando de seguridad… ¿quién no ha hecho nunca botellón en este parque? yo misma, cuando no había una ley que lo prohibiera en Madrid, quedaba con mis amigos para celebrar exámenes, cumpleaños ¡y hasta selectividad! Y no por eso nos comportábamos como unos vándalos. Pero de eso hace muchos años… y hoy por hoy todavía se juntan en la parte alta del parque, cerca de Moncloa, y la policía se hincha a poner multas. Y el monumento al maestro queda que ni pintado aquí jajaja
En este parque abundan los monumentos: a Simón Bolívar, a Miguel Hidalgo, al Doctor Federico Rubio y Gali, a Elena Fortún… Y también podemos encontrar el departamento de Jardines Históricos y Espacios Singulares de Madrid. Qué lujo tener aquí la oficina ¿verdad?
Y aunque véis que este parque está menos visitado que El Retiro, no tiene nada que envidiarle, y tiene el añadido del Paseo del Pintor Rosales que está lleno de restaurantes y terrazas muy agradables. Y el teleférico es un plan muy socorrido para los visitantes. Una anécdota de estas calles del parque es que fueron utilizadas como aparcamiento para los invitados a la boda de los Príncipes de Asturias en el 2008.
Bueno creo que he desvariado un poco en este post, pero creo que al final todos creamos vínculos con los sitios donde pasamos muchos ratos, sobre todo cuando somos muy jóvenes… y cuando volvemos a pasar por ahí no podemos evitar añorar los diecimuchos, los primeros besos, las primeras juergas, los primeros exámenes de universidad y los buenos momentos que hemos disfrutado entre estos preciosos árboles. ¿A que a tí te pasa igual?
Espero que os haya gustado el paseo.
Un abrazo a todos y en especial a mis amigos de la academia, de forestales y de la sierra.
Con cariño,
Isabel